El arte contemporáneo está de moda y sus obras se han convertido en las más costosas de la historia. La diversidad de propuestas técnicas y teóricas conceptuales en esta nueva vanguardia.
Es el caso de la obra del artista colombiano Óscar Murillo quien vendió una de sus obras en 401.000 dólares al actor hollywoodense Leonardo Di Caprio llamada Dibujos en la pared. Este joven colombiano nacido en 1986 en el municipio de la Paila en el valle del cauca, emigra a Inglaterra con su padres para cambiar su calidad de vida, estudia artes plásticas y es becado en el 2012 por la RCA ( Royal College of Art). Alternando sus estudios con la limpieza de oficinas en Londres. Se levantaba en la madrugada, terminaba a las ocho de la mañana y dedicaba el resto del día a pintar.
Residente en Londres, trabajó como ayudante en las pequeñas galerías del vecindario. En 2011 participó en una muestra colectiva en Los Ángeles en la galería Mihai Nicodin. En su trabajo The Coming of the Europeans (2017), expone una gran pancarta para la Trienal inaugural de Katmandú en el mismo año, sobre el legado del colonialismo.
Murillo gana el premio Turner Prize en el 2019, uno de los premios artísticos más destacados en Reino Unido. Con la obra Violent Amnesia la cual explora el tema del trabajo humano en una economía global a través de efigies humanas. Lo que más se resalta de este artista es que él sigue siendo una persona amable, generosa y agradecida.
La obra Neither de la artista Colombiana Doris Salcedo impacto e hizo clic en el cerebro de Óscar Murillo a sus 17 años , cuando estuvo expuesta en la galería White Cube en Londres.
Doris Salcedo nace en Bogotá Colombia en 1958, estudio Bellas Artes en la Universidad Jorge Tadeo Lozano y realizó un Master en Bellas Arte en la ciudad de Nueva York. Su trabajo se ha centrado en la violencia política, las instalaciones que realiza están siempre relacionadas con ese tema. Al inicio de cada obra hay un testimonio, es una narradora del dolor. Dolor de las personas que han sido víctimas del narcotráfico, de la guerra civil, de grupos armados como paramilitares, guerrilla entre otros.
Esta artista escultora o ¨Hacedora de objetos¨ cómo le gusta llamarse, le gusta realizar sus obras en los espacios donde ocurrieron hechos violentos, la intención de sus obras es para dejar un precedente en las memorias y una interpretación efímera. Doris Salcedo viaja hasta las zonas del conflicto, donde realiza sus investigaciones y recopila su información, allí comparte con las victimas los relatos. Ella se inspira en los títulos de sus obras los cuales son poéticos como por ejemplo: La casa viuda, Plegaria muda, A flor de piel, Palimpsesto, Atrabiliarios.
Salcedo ha sido galardonada en varios premios de arte, como el premio Nasher otorgado por primera vez por Nasher Sculpture Center (museo de Dallas, Texas, EE.UU.) Este premio se entrega cada año a un artista que ha tenido un impacto extraordinario en escultura. Este galardón se anunció en la prestigiosa revista de arte Artforum en abril del 2016.
El pasado 31 de octubre la artista recibió el premio Nomura Art Award, el mayor premio en efectivo en artes visuales contemporáneas dotado con un millón de dólares “de gran significado cultural”.
José Alejandro Restrepo es otro de los artistas contemporáneos colombianos, nació en París Francia en 1959. Este artista se muda a Colombia y empieza estudiando medicina (un tema que reaparecerá luego en algunas de sus obras como Terebra o Quiasma. Luego decide cambiarse de facultad. En 1981 estudia en la Facultad de Artes en la Universidad Nacional de Bogotá. Entre 1982 y 1985 continua sus estudios en la Ecole des Beaux Arts en París, ciudad donde tenía acercamiento personal con pensadores como Deleuze y Foucault, por cuyos planteamientos se interesa.
La obra de este artista colombiano es en las artes visuales y escénicas, la instalación, el performance y la producción editorial que le permiten trazar un panorama que dialoga con diversos recorridos de las artes mediáticas. Desde 1988 se convierte en el pionero de la técnica en vídeo de instalación en Colombia. Su trabajo es uno de los más consolidados en el arte contemporáneo nacional. Actualmente expone en América Latina, Estados Unidos y Europa.
A través de sus obras exhibe diversos formatos dispositivos, focalizados en la crítica de las relaciones entre arte, historia, medios, religión y política. Modelo del artista contemporáneo que opera desde la hibrides de tecnologías ancestrales y modernas.
Los tres artistas abordan problemáticas sociales sobre Colombia. Doris Salcedo fue invitada a exponer en la Sala de Turbinas de la Tate Modern en Londres, donde expuso su obra Shibboleth que significa la diferencia de clases de la sociedad moderna contemporánea. Ganadora del premio Velásquez otorgado por los príncipes de Asturias en España, ha sumado muchos méritos.
La poética de las sillas levitando en la esquina del palacio de justicia en Bogotá del trabajo de Salcedo, aquella obra celebre que viajó por bienales del mundo, que nos recuerda ese episodio turbio y extraño donde todo ocurrió en Colombia en 1985 con la toma del palacio de justicia por parte del M19 y la destrucción de cientos de archivos que son clave en la historia reciente colombiana.
José Alejandro Restrepo se sumerge en la historia política de Colombia y en sus conflictos bélicos y en la influencia que la religión católica ha tenido para zuzar los conflictos sociales y políticos colombianos.
Tanto Doris Salcedo como José Alejandro Restrepo son conscientes que los problemas en Colombia tienen mucho que ver con la herencia colonial del imperio español y con el orden de la colonia que dejó una especie de apartheid como lo que sucede en sur áfrica donde solo para algunos ciertos grupos privilegiados existe la educación, mientras que para otros solo existe la esclavitud o el trabajo mal pagado.
Cabe preguntarse si Óscar Murillo no hubiese estudiado en la universidad de Westminster en Londres y realizado un Master, si tendría la suerte de haber sido descubierto por las galerías más prestigiosas del mundo del arte contemporáneo. Es un joven afortunado al ser descubierto por los principales galeristas del mundo. A este artista también le interesa las problemáticas de coloniales. Recordemos la exposición que hizo en la galería de David Zwirner en Nueva York, donde llevo una fábrica de chocolates desde el valle del cauca Colombia la región del azúcar, donde las jornadas de trabajo eran tan extenuantes e injustas que conservo fotografías de su propia madre durmiéndose del cansancio en el trabajo y las expuso como vídeo arte en la exposición neoyorquina.
La pintura expresionista o muy cercana al expresionismo abstracto de un Franz Klein en la obra de Óscar Murillo a la vez pintor, escultor, performance, videos e instalaciones, no tiene nada que envidiarle a un Rothko o a un Bacon en cuanto a la aspereza y lo mate rico del lienzo , la velocidad de los trazos, la veloz ejecución de su rayonismo combinado con palabras que evocan lo propio de la cultura colombiana. Como una especie de respuesta contraria al pop art, utiliza palabras como pollito chorizo, yuca y elementos que se filtran sin permiso en el imaginario de la alta cultura, del primer mundo llámese Nueva York o Londres.
José Alejandro Restrepo tuvo una exposición en aquellos 90 en la Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá llamada El cocodrilo de Hegel no es el cocodrilo de Humboldt, una exposición que versaba sobre las visiones eurocéntricas occidentalitas de los colones románticos alemanes en Colombia en sus exploraciones en las selvas tropicales. También ha abordado el tema de la masacre de las bananeras y como la compañía Chiquita Brands en Estados Unidos solamente recibió como castigo por haber apoyado a grupos paramilitares en Colombia, una multa según las leyes norteamericanas .
Estos artistas han tomado el relevo de la generación anterior la de Fernando Botero, Edgar Negret, Alejandro Obregón, David Manzur o Luis Caballero que es como un intermedio entre los viejos maestros y los artistas más recientes, él más cercano a la generación de mayo del 68.
En definitiva Salcedo, Murillo y Restrepo dan cuenta del cambio en la historia del arte colombiano y la llegada del así llamado arte contemporáneo en Colombia. Representantes de lo que está ocurriendo en el mundo después del expresionismo abstracto, el pop art, el minimal art, el arte conceptual y de instalaciones. La generación de la John Birch artista que impulsó el coleccionista y publicista Charles Saatchi , aunque dentro de la misma Colombia y de la cultura popular colombiana estos artistas no sean muy reconocidos, puesto que se encuentra la sociedad colombiana al igual que la sociedad española o cualquier otro tipo de sociedad contemporánea inmersa en los juegos de la cultura del espectáculo y de las manipulaciones de la televisión, las series, los realitys shows y el fútbol.