Madrid, 14 de abril del 2020.- La mitad del planeta Tierra vive confinada en sus hogares desde el pasado mes de marzo para intentar acabar con el Coronavirus Covid-19. Se trata de un hecho insólito sin precedentes: Más de 2.600 millones de personas encerradas en sus propias casas. A día de hoy, casi 2 millones de ciudadanos de 185 países han confirmado ser contagiados por la Covid-19 y 122.000 personas han perdido la vida. Estas son cifras oficiales, pero las cifras reales pueden multiplicar estas cifras por varios números. Cada país usa un sistema contable diferente y dentro de cada país, cada región o municipio informa de la cifra de muertes con criterios políticos, más que con las matemáticas. Este es el contexto. Podemos analizar infinidad de variables de esta cruda realidad, pero aquí nos vamos a centrar en cómo se han informado los 2.600 millones de personas confinadas en sus hogares.
Las redes sociales pierden, los medios tradicionales ganan
Google inicia su andadura en 1998. Linkedin aparece en el año 2002, Facebook nace en el año 2004, Twitter en el año 2006, Instagram en el año 2010 y Snapchat en el 2011. Junto a éstas y otras redes sociales, llegaron también las redes de mensajería. Whatsapp en el año 2009, Telegram en el 2013, etc. Este ecosistema digital de transmisión de información, opinión, crítica y recomendación ha rivalizado desde el primer día contra los periódicos, las cadenas de radio y televisión. Los medios de comunicación del Siglo XX contra las redes digitales del Siglo XXI. Su convivencia ha tenido años buenos y otros años de dura pelea por una sola razón. Las redes, y un buscador llamado Google, han comido un gran trozo de la tarta publicitaria de los medios de comunicación de toda la vida. Los grandes periódicos, los enormes conglomerados multimedia no vieron venir la que se avecinaba con la llegada de Facebook y Google. Por cierto, Facebook tiene hoy 2.300 millones de perfiles/seguidores, prácticamente la misma población que está en sus casas por el Coronavirus Covid-19.
Según estudios recientes sobre el consumo de información durante los meses de marzo y abril del 2020, las redes sociales están en los primeros puestos. Sin embargo, cuando se filtra el consumo de noticias con la variable de la credibilidad, las redes sociales pasan a los últimos lugares, y los medios tradicionales lideran esta clasificación. Las redes sociales son plataformas útiles para atraer la atención de los ciudadanos, pero no atraen su confianza para informarse. Si ocurre un cataclismo como el confinamiento de un tercio de la humanidad y quieres información fidedigna, verídica te vas al Telediario de toda la vida en tu canal preferido de televisión. O escuchar la radio o lees el periódico del abuelo, de tus padres y el tuyo (o su edición digital). Sin embargo, lo que no hacemos es irnos a Facebook a informarnos de lo que ocurre en la vida real. Nos da mas credibilidad la “caja tonta”, la televisión, que un tweet con un enlace a un lugar de noticias sin marca.
¿Las Fake News salen sólo de las redes sociales?
Además, las redes sociales y las de mensajería no han sabido quitarse las “Fake News” de sus muros. Por lo tanto, cuando vas a una red social o mensajería tienes muchas posibilidades de encontrar noticias falsas. Pero, ¿en los medios de tradicionales no han aparecido noticias que no eran ciertas?. Y no me refiero a la transmisión ficticia y radiofónica de Orson Welles sobre la Guerra de los Mundos. Apunto, por ejemplo, a los grandes casos de corrupción política, donde la víctima siempre afirmaba: “Lo que ha publicado ese periódico es mentira, es una noticia falsa”. Es decir, noticias alejadas de la verdad siempre han existido y siempre existirán.
Y seguimos sumando, las redes sociales también llevan como carga el uso que han realizado de los datos de sus seguidores. “En Internet si la herramienta es gratuita es que tus datos no serán privados y se venderán al mejor postor”. El caso de Cambridge Analytica de Facebook es el ejemplo perfecto de esta realidad digital.
Es evidente que hoy en día, que las redes sociales no lideren el consumo de la información creíble puede ser un asunto menor, pero mañana no. Los medios tradicionales entran en una nueva época con toda la confianza de los ciudadanos. ¿Sabrán aprovecharla cuando tengan que pedir una suscripción a esos mismos ciudadanos?. ¿Volveremos a informarnos en las divertidas redes sociales?. El nuevo camino que nace en unos días dejará periódicos cerrados, revistas sin edición en papel, emisoras de radio sin oyentes, portales sin anuncios, redes sociales no rentables…y la información creíble se quedará sólo en aquellos lugares donde los profesionales de la información la trabajen, la contrasten y la publiquen. Sin duda, apasionante.