Por estos días de crisis pandémica y económica es muy común ver en redes sociales la indignación de la gente, especialmente de América, con expresiones como: ¡No sean ignorantes, no salgan a la calle! O luego de las manifestaciones y saqueos a supermercados en diferentes ciudades donde personas argumentaban indignados que el encierro obligatorio en sus casas sí prevenía el contagio pero no el hambre. Al negársele a estas familias la posibilidad de transitar libremente y generar algún sustento, hoy no tienen ni con que alimentar a sus hijos.
En ese contexto se escucharon expresiones como ¡No es culpa nuestra que unos pocos tengan hambre y por un puto plato de comida estén arriesgando la salud de todo el mundo! Peor aún, escuchar al presidente Donald Trump señalar que, “la economía no se puede parar por un virus que mata a mayores de 65 años”, o a Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, diciendo que el Coronavirus es una “gripa leve”, así mismo tratando de histéricos a periodistas y medios de comunicación que según él exageraban al poner en primeras páginas las cifras de Covid-19.
Ante semejantes expresiones, uno podría pensar que quienes juzgan son personas sin modales y educación, pero no, entre algunos se pueden identificar médicos, enfermeras, Ingenieros, líderes políticos, empresarios, líderes de opinión, youtubers, en fin, diversidad de personas y nacionalidades con un nivel educativo alto.
Es por ello que daré a conocer los tres estilos de comunicación utilizados en este tipo de expresiones: Asertivo, pasivo y agresivo e intentaremos sugerir el que podemos aplicar por la salud emocional de todos. Cuando hablamos de comunicación asertiva nos referimos a la expresión de alguien que defiende su punto de vista sin ofender a nadie. En la comunicación pasiva no les gusta decir lo que piensan y no defienden sus derechos, y cuando les toca hablar, prefieren que los demás no se molesten con su posición. Cuándo la comunicación es agresiva, el interlocutor defiende lo que piensa a costa de lo que sea, sin importar el ofender a otros y no estar en no estar en los zapatos del otro.
La técnica del sándwich
Mi llamado es a que seamos menos agresivos, especialmente en esta crisis económica por el Coronavirus, y pongamos en marcha una de las nueve técnicas de comunicación que, a mi modo de ver, se puede aplicar mejor durante esta coyuntura. Se trata de la técnica del sándwich, para que cuando expresemos algo, empecemos dando primero un mensaje positivo a los receptores. Luego damos a conocer la crítica constructiva sobre la situación de aquello que no compartimos o que nos disgusta. Y finalizamos con otro mensaje positivo.
En países como España, aunque no ha sido fácil la pandemia porque sus ciudadanos también se afectan por la cuarentena, algunos no pueden asistir a sus trabajos y otros lo han perdido, el encerramiento es un poco más llevadero porque en dicho país el gobierno tiene en marcha desde hace varios años un programa denominado ‘El Paro’, que consiste en recibir un pago mensual durante seis meses en caso de quedar desempleado. En países de Latinoamérica como Colombia, ese tipo de estrategias estatales están lejos de ser realidad, son miles de familias de bajos recursos económicos que a diario salen a las calles a rebuscarse la comida por medio de alguna venta informal. Una cuarentena para ellos significa una injusta condena a no alimentar a su familia. Mi llamado es a que demostremos un poquito de inteligencia emocional, seamos más empáticos con la situación de los demás, más solidarios y comprensivos, apliquemos la técnica del sándwich.