Crónica de fallecimientos de artistas

El actor francés Gaspard Ulliel falleció el pasado miércoles a los 37 años por culpa de un traumatismo craneal tras un accidente de esquí. El carismático actor, ganador de dos premios César, estaba en la cresta de ola y estaba a punto de estrenar Moon Knight, la nueva serie de Marvel en la que ha compartido reparto con dos estrellas como Oscar Isaac y Ethan Hawke. Como Ulliel, la historia más negra del cine nos ha dejado con un buen número de actores y actrices que murieron muy jóvenes, y que además se encontraban en un momento formidable.

La lista nombres que se nos pueden venir a la cabeza no es corta, pero seguro que coincidiremos en recordar las trágicas muertes de estrellas como Chadwick Boseman, River Phoenix, Brittany Murphy, Anton Yelchin, Brandon Lee o James Dean, por ejemplo. No obstante, la muerte de Sharon Tate siempre ha sido la que siempre más me ha impactado. Sharon tenía 26 años en el momento de su trágico final y parecía estar destinada a ser una de las actrices más famosas de su generación.

El 8 de agosto de 1969, Sharon Tate estaba a dos semanas de dar a luz cuando varios miembros de la familia Manson, la secta liderada por Charles Manson, irrumpieron en su casa de Los Ángeles y asesinaron a la actriz y a los amigos que la acompañaban. Supongo que muchos recordaréis el homenaje que Quentin Tarantino hizo a la actriz en Érase una vez en... Hollywood, pero por desgracia, la realidad estuvo muy alejada de lo que vimos en la película.

Su marido Roman Polanski no se encontraba en casa aquella noche. El famoso director se encontraba en Londres cerrando los últimos detalles de su nueva película, de ahí que Sharon estuviera en el funesto momento de su muerte junto a Jay Sebring, Wojciech Frykowski y Abigail Folger.

Y el caso es que la muerte de todos ellos fue un golpe de mala suerte. Charles Manson, frustrado por ver como el productor Terry Melcher pasaba de lo lindo del disco que había compuesto (recuerden que Manson tuvo hasta contactos músicos como Dennis Wilson de Beach Boys), decidió mandar a cuatro de sus adeptos a su casa con el objetivo de asesinarle. A él y a quien estuviera acompañándoles en aquel momento.

El problema es que Manson y sus cuatro ejecutores (Tex Watson, Susan Atkins, Linda Kasabian) desconocían que el productor ya no vivía en la casa que ellos tenían como su objetivo, así que sin saberlo, los asesinos se aproximaron a el productor para plantarse en la casa de Sharon Tate. Eran las 22:30 de la noche cuando los miembros de la secta de Manson sorprendieron a Sharon y sus amigos durmiendo. Tras cortar la línea telefónica, los asesinos reunieron a todos en el salón y Tex Watson se presentó antes de comenzar con la sangrienta ceremonia: "Soy el demonio y he venido a hacer lo que hace el demonio". El asesinato fue una salvaje lluvia de puñaladas. Sharon recibió 16.

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