Esta cascada, formada durante millas de años por el carbonato cálcico de las aguas termales que fluyen en su cúspide, se encuentran en el valle de Mitla, perteneciente al estado de Oaxaca. Los zapotecas ya disfrutaban de los beneficios de estas aguas termales hace unos 2500 años y construyeron un complejo sistema de irrigación y terrazas que es hoy motivo de estudios arqueológicos.
El nombre de Hierve el agua, le viene dado por el típico burbujeo que se da en las piscinas naturales, donde el agua maneja unos 25º durante todo el año.
Al amanecer, los sedimentos cálcicos se tintan de tonos anaranjados que, junto a los reflejos del cielo en el agua y los cálidos vapores que emanan de ellas, nos pueden proporcionar el que quizás sea uno de los baños más memorables de nuestras vidas. Recomendable es, por supuesto, una buena compañía y un par de copas de cava.