Latinoamérica ha sido drásticamente golpeada no solo por la crisis sanitaria a causa del Coronavirus, sino por la crisis económica y social que enfrenta desde que inició la propagación de la pandemia. Las cifras se han multiplicado exponencialmente, tanto que América Latina actualmente supera a Europa con 121 mil muertes y más de 2,700.000 casos de personas infectadas.
La pandemia de Covid-19 continúa generando trastornos, colocando a México en el quinto lugar mundial de fallecidos superando a Francia, Brasil registra 1.264 muertos y 41.988 nuevos casos en 24 horas, Perú sobrepasa 300.000 contagiados, Colombia con casi 4.000 muertos, Ecuador con 61.958 casos confirmados y 4.781 fallecidos, en Guatemala las autoridades contabilizaron 1.208 contagios en 24 horas o República Dominicana que se ha enfrentado a una ola de contagios registrando 786 muertes y 36.000 contagios, siendo además el primer país en el continente americano en realizar votaciones para presidente en época de pandemia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), instó a los países afectados a mantenerse alertas y luchar contra un virus en el que aparentemente tenemos más preguntas que certezas, no solo porque se desconoce cuál será la evolución de esta pandemia y la cura sino porque, además, hay la preocupación constante de la caída de la economía, la corrupción, el desempleo y el aumento de la pobreza extrema.
La ola de corrupción y el despilfarro económico, considerado por muchos, como la verdadera pandemia de Latinoamérica, ha aumentado la preocupación de los ciudadanos. En Ecuador, por ejemplo, los casos son diarios, podemos citar como ejemplo el caso de investigación por parte de fiscales de Ecuador quienes detectaron una presunta red criminal con funcionarios de salud y contratos millonarios de bolsas de cadáveres con sobreprecios, uno de los implicados, Daniel Salcedo, se estrelló en una avioneta con dirección al Perú, por el momento se encuentra bajo custodia de la Policía y no ha rendido su versión por encontrarse en estado de delirio, según su abogado defensor.
De acuerdo con The New York Time, en Colombia se investiga el caso de 100 donantes de campañas políticas que recibieron contratos beneficiándose al proporcionar durante la crisis sanitaria insumos de emergencia. En Brasil se investiga a funcionarios gubernamentales por supuesta malversación de fondos públicos.
Por otro lado, la pobreza extrema es más notable en Latinoamérica y es visible que los sistemas alimentarios no son atendidos e incluso se puede percibir que los precios tienden a subir. Por el desempleo y la caída de la economía se vuelve más complicado adquirir alimentos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), considera que para disminuir la crisis alimentaria se puede tomar medidas como reforzar los programas de alimentación escolar, apoyo financiero para empresas agropecuarias, asegurar el financiamiento y el acceso a insumos para pescadores artesanales y agricultores y se necesita ajustar protocolos de sanidad para la producción y transporte de alimentos.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la FAO creen que, a causa de la pandemia en Latinoamérica la pobreza extrema podría llegar a 83,4 millones de personas en 2020, es decir un aumento significativo en los niveles de hambre en las personas más vulnerables.
Además, a la par de esta situación, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), mediante un informe aseveró que al término de 2020 se espera que en América Latina exista por lo menos 41 millones de personas sin trabajo. Estas cifras alarmantes apagan las esperanzas de miles de personas que a diario buscan un sustento y al mismo tiempo se arriesgan a contraer el virus en las calles.
Según la cadena de noticias CNN, Chile ha reflejado su cifra más alta de desempleo en comparación a los últimos 10 años con un 11,2%, producto de restricciones sanitarias y el confinamiento, siendo los sectores más afectados el comercio y el sector de la construcción.
Además, se encuentra la problemática de la desigualdad y crisis en educación durante la pandemia. La UNESCO publicó un informe en relación a la exclusión en la educación en tiempos de coronavirus, en el análisis consta que solo la cuarta parte de los países en Latinoamérica tienen leyes de educación inclusiva, Chile y Paraguay destacan por tener leyes que permiten la educación con inclusión en su totalidad.
Al no encontrarse ningún país preparado para afrontar esta pandemia, los sistemas educativos no han sido adaptados y en ciertos casos los países siguen ejerciendo una segregación de la educación con estereotipos y discriminación. Algunas naciones han optado por la educación en línea sin contemplar que hay cientos de estudiantes que aún no tienen acceso a Internet ni a las plataformas digitales por su situación económica o social, incluso por su situación geográfica porque donde se encuentran no hay cobertura para el uso digital o no tienen insumos para poder ingresar en la tecnología.
Hablar de la pandemia de Covid-19 en Latinoamérica no solamente se fundamenta en la valoración a la actuación del sistema sanitario que cada país tenga, sino en una complejidad de corrientes tanto social, económica, laboral y ética. En Latinoamérica no solo se necesita una cura para el Covid-19 sino para la corrupción, la pobreza y la falta de oportunidades.
No son solo los ciudadanos quienes tienen que ser disciplinados y afrontar su responsabilidad y participación para superar la crisis, sino también de los gobiernos que deben informar con claridad a la población la situación real del país, gestionando oportunidades en la crisis, fomentando empleos, apoyando empresas, fijando prioridades y creando políticas de apoyo a los sectores alimenticios, financieros, de salud y educación con transparencia y profesionalidad.
Es también nuestro deber como ciudadanos estar comprometidos y brindar soporte a nuestros compatriotas. La respuesta que esperamos para recuperarnos de la crisis sanitaria, tanto como económica está en las manos de todos, enfrentando los problemas y creando una visión a largo plazo de nuestros objetivos como miembros y parte de una sociedad.