El Museo de arte Reina Sofia cuenta en sus instalaciones de colección una retrospectiva que incluso suena muy reciente y quizá futurista, esperemos que no.
En algunos casos en los que se comenzaba a pensar en estos lagares que se empezaba a salir del pozo, allá por esos años, seguía siendo desde mi perspectiva un horror, pero quizá tenga algo que nos pueda servir como centro de gravedad.
El recorrido cuenta con bastantes expresiones gráficas y literarias de aquí y de allá, interesante leerlo y ver qué estupideces se pensaban para no volver a repetirlas, creyéndonos unos auténticos sapiens de la nada, quizá más interesantes aún las ilustraciones.
Por las distintas salas se cuenta con un amplio recorrido circular con dos salidas a pié y un ascensor, el espectro es amplio y muy recomendable, pienso como poco tripitir.
En una de las estancias se relata el ideario mejicano de la época, inspirador e inspirado por las historias que trajeron los que se tuvieron que ir para no quitarse la vida, quizá de algún modo se la quitaron igualmente.
Es interesante que el recorrido cuente con visiones externas de esos tiempos, México, Alemania, y alguna que otra región más que da perspectiva a lo que estaba pasando, por estos recodos y más allá, lo que me hace pensar que al final, el territorio suele tener connotaciones de universalidad desde antes de la creación de la red de redes o globalización o como se diga.
Eran años de guerra fría y de aperturismo con esa primera visita, (tras la de Evita), que tanto aportó a las visitas externas turistificadas, en este caso me refiero a la visita de IKE que además nos incluyó en el fascismo antibolchevita y que nos convirtió en yonkis perdidos, digo yankis.
Hay suspiros y como tal quiero que sea este texto, un suspiro para animar a todo el que lea y vea, a ir a esta exposición que refleja muy muy bien lo que nos ha pasado, y nos puede pasar si dejamos de lado la memoria y los pensamientos que hemos perdido.
Se relata el inicio de la expansión turística, eso que tanto nos preocupa ahora con el, a ver que pasa, y me parece muy interesante el paralelismo entre aperturismo y turismo.
Dos de las piezas que más me han interesado son dos serigrafías de Josep Renau. Salas 410, junto a la película de Stanley Kubrick Dr. Strangelove (1964).
Hay mucho más que ver y relatar, pero mi texto acaba aquí para permitir el ideario libre de quien quiera verlo, o que me pongan a caer de una torre o que se me caiga un tornillo por mí columnata de opinión.
Una cosa más, ¿Alguien sabe si se han juzgado ya los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki?.
No queremos más guerras entre pueblos, somos ya suficientemente mayorcitos después de 40.000 años en este mundo, para poder poner freno a estas guerras del paleolítico.