La Bandera de España Más Grande del Mundo, en Madrid

Reportero de las trincheras de la Guerra Mediática desde el escenario bélico del conflicto contra el Sars CoV 2

Cronicas con CoViD

Los fotógrafos ateos no comprenden el poder de la oración. Lo sé porque yo era de esos, hasta que fui tocado por un tallarinesco apéndice del Dios Único y Verdadero, el Monstruo de Espaguetis Volador, conocido como el MONESVOL, por sus siglas.

Muchos se preguntan dónde estaba Dios durante la pandemia que ha asolado las residencias de ancianos españolas y condenaba a morir por desatención a los supervivientes del Nacional-Catolicismo Franquista. Pues Dios estaba conmigo, me dedicó un par de milagros y hasta me posó para la foto.

Como prueba de que mi fe es única (no hay otra igual) y tan verdadera como cualquier otra fe, comparto la experiencia divina que tuve y que pude documentar, a ver si animo a alguien a abrazar el pastafarismo, y unirse a mi secta fundada con ánimo de lucro, la Orden de los Hermanos Pastafaris Cannabitos, que ofrecemos camisetas muy chulas, tablas ouija de diseño inteligente, foto-calendarios de pared y demás merchandising disponible en la tienda de T.I.F Fotos.

La Plaza del Monumento a Colón durante la cuarentena por la alarma del coronavirus

En Madrid, en el parque de Los Jardines del Descubrimiento de la Plaza de Colón, en el año 2001 se instaló la bandera de España más grande del mundo, de 21x14 metros, que hondea en lo alto de un mástil de 50 metros, y se descuelga una vez al mes para su revisión y reparado.

Ver cómo se agita la Bandera de España Más Grande del Mundo en tiempos turbulentos es todo un espectáculo, y quería documentarlo en un día de cuarentena por la alarma del coronavirus... chan, chan chaaaaaaaaan (música de suspense). ¿Arriesgaría mi salud exponiéndome coger un resfriado estacional y ser diagnosticado como CoViD 19+ por capturar los documentos únicos que ilustrarán a nuestros nietos? Los fotógrafos apasionados tenemos en cuenta los riesgos, pero si el motivo lo merece, como lo es contribuir a documentar la Historia de España y de los españoles con imágenes que reflejen lo que esté ocurriendo, los riesgos se tienen en cuenta y se evitan en lo posible. Con algo de prudencia, la foto se hace.

Puerta de Alcalá con crespón negro en homenaje a los que han muerto con diagnóstico CoViD 19

Esperaba que el actual alcalde hubiera ordenado instalar un crespón negro a la Bandera, como en la Puerta de Alcalá, y como animan a los madrileños a ponerlo en las banderas de España colgadas en sus balcones como homenaje a los caídos en la guerra contra el Coronavirus. En el Ayuntamiento de Madrid no han tenido la sensibilidad, lo que me parece una descortesía de cara a los votantes que sí dan buen ejemplo al señalar, en las fachadas de sus edificios, dónde se aloja un español de corazón que respeta los protocolos establecidos por el engranaje mediático nacional al servicio de poderosos clientes como las mafias farmacéuticas, las compañías energéticas, las empresas de telecomunicaciones o la industria militar, la que mejor puje o todas en armonía.

Edificio con vecinos españoles identificándose en las fachadas de sus viviendas
Edificio con vecinos españoles identificándose en las fachadas de sus viviendas
Edificio con vecino español identificándose en la fachada de su vivienda
Edificio con vecino español identificándose en la fachada de su vivienda
Edificio con vecinos españoles identificándose en las fachadas de sus viviendas
Edificio con vecinos españoles identificándose en la fachada de sus viviendas

El día era soleado y la plaza estaba completamente vacía, como se espera de un día de confinamiento decretado. El ángulo de tiro ya lo tenía previsto, en busca de la simetría que procura la arquitectura de la plaza rota por la bandera que hondearía en alguna dirección. Derecha o izquierda era una decisión muy elevada para mis pretensiones de fotógrafo sin las habilidades paranormales de manipular la dirección en la que circula el aire. Sería Dios quien decidiera hacia qué tendencia debería hondear la Bandera de España más grande del mundo.

Y allí me mantuve, rezando para que Dios se manifestara con el Milagro del Viento, durante más de diez minutos en los que el sol brillaba con luz muy fotogénica, pero no soplaba ni media brisa. La bandera holgaba al centro, flácida, sin gracia, exenta de volumen, sin figura ni atractivo. Carecía de argumento como motivo para una imagen decorosa, aunque, como documento, también tiene su valor, por lo que representa el Centro en la política española de actualidad. En la foto sin viento, que comparto, se puede apreciar que hay algo colgado de un mástil que apenas compromete al público. Demasiado moderado para llamar la atención.

Ya me había despojado de los atuendos de abrigo, tras un rato aguantando al sol de la primavera, con la postura congelada cual escultura humana, con el ojo pegado en el visor de la cámara, el cuadro precompuesto y el dedo listo para disparar en el momento que soplara una brizna de aire lo suficientemente poderosa como para levantar el telar, de unos 38 kg. Pero apenas corría, de manera racheada, una brisilla suave, muy agradable, eso sí.

Mi fe no flaqueó, al contrario, me recé un cigarro en aquel escenario fantasmagórico donde convergen tres arterias principales de la ciudad, la Calle Goya, el Paseo de la Castellana y la Calle Génova, sin apenas tráfico ni ciudadanos deambulando, aunque no vacío del todo.

Y mi fe fue recompensada con creces, porque ahí estaba Dios, igual que en todas partes, pero, quizás, un poco más concentrado en esas coordenadas concretas. Y me estaba haciendo, no un milagro, sino dos: el Milagro del Viento y el Milagro de la Luz para que Salga Bien la Foto. No sólo hizo levantar la bandera con un golpe de aire, también me deleitó colocando una nube bajo el sol que hacía sombra a toda la plaza, pero destacaba iluminada la bandera y todo su mástil.

Quedé tan ensimismado al contemplar aquella divinidad que fui lento al disparar la foto perfecta, perdí el momento justo en que la bandera lucía completamente estirada. Aquello fue irrepetible, pero al menos tengo la escena documentada con la bandera hondeando hacia la izquierda por decisión de Dios. Y como testimonio de que fue el Dios Único y Verdadero, el Monstruo de Espaguetis Volador, quien obró el milagro para mí,le he representado en la foto el lugar exacto donde se encontraba, tal y como Él me lo ha indicado a través de la inspiración divina. Lo sé porque lo siento en mi corazón, #respetamife

La Bandera de España Más Grande del Mundo con luz divina por milagro del Monstruo de Espaguetis Volador
Detalle con representación del MONESVOL en las coordenadas exactas en las que se había concentrado un poco

 

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La Orden de los Hermanos Pastafaris Cannabitos es una secta en la que se rezan enormes tótems de cannabis

 

Fotos y texto: Ibán P. Sánchez

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Sobre la historia de la bandera de España:

https://es.wikipedia.org/wiki/Bandera_de_Espa%C3%B1a