TTT: TRANSFORMACIÓN DIGITAL, TELETRABAJO Y LA TRANSPARENCIA DEL CONFLICTO DE GÉNERO
Proceso
El proceso general en el que se inscribe este proyecto de investigación es en el de la transformación digital, centrada en una de sus concreciones, el teletrabajo, que ha tenido, desde incluso los días prevíos y durante las jornadas del estado de alarma como consecuencia del covid-19, una particular extensión. Puede decirse que la medida del teletrabajo se viene barajando desde hace más de treinta años –uno de los proponentes de este proyecto, Javier Callejo, ya participó en una investigación patrocinada por Telefónica en el año 1992 sobre el tema- sin que su extensión sobrepasase estrechas y particulares franjas de la ocupación española, muy circunscrita a sectores profesionales o, limitado a algunos días al mes, niveles de empleo muy específicos de grandes corporaciones. Ello a pesar de que sus potenciales ventajas particulares (mayor posibilidad de conciliación vida personal y vida laboral, mayor satisfacción en la relación laboral o posible mayor productividad, entre otras) o societarias (menor contaminación, menor pérdida de horas por traslado, etc.) parecían evidentes, permitiendo una mayor eficiencia de la actividad económica, por reducción de costes, tanto individuales, como colectivos. Sin embargo, por la exigencia de articular el mantenimiento productivo y la protección de la salud de sus trabajadores, covid-19 ha impulsado esta forma de operar. Ahora bien, en sentido estricto, conlleva el traslado de la actividad laboral al ámbito doméstico. La pregunta cental de este proyecto parte de aquí y es doble: ¿qué consecuencias ha tenido el teletrabajo para las relaciones en el hogar y, en especial, la división de tareas domésticas y de cuidados? ¿se mantendrán tales consecuencias sobre las relaciones en el hogar tras la vuelta a la normalidad o se establecerá una nueva normalidad de las mismas, con distribuciones más justas de tales tareas?
No se puede hacer referencia aquí a la transformación digital sin hacer siquiera sintética referencia a la transformación industrial, en cuanto supuso un largo proceso temporal que ahondó la profundización en la estructura dentro/fuera, concentrando el denominado trabajo productivo fuera de la unidad doméstica, del hogar. A esta estructura se encardinó la diferencia de género, dejando a las mujeres en el espacio doméstico (denominado a partir de entonces, reproductivo); mientras que a los hombres se les fijaba en el trabajo productivo, que es el marcado positivamente, por ser el societario, en cuanto premiado por el mercado, que se convierte en la institución que fija el éxito (Weber, 2012). De esta forma, el trabajo en el hogar quedará sin reconocimiento, como actividades opacas, cuando no societariamente sancionado.
Sin embargo, la transformación digital ha puesto en el horizonte la posibilidad de cierto regreso al hogar. Ahora bien, lo está haciendo básicamente desde la proyección del trabajo exterior -y de las relaciones organizativa y societarias que implica- en el espacio interior del hogar, sin tener en cuenta las consecuencias sobre las relaciones sociales en este espacio. Siendo la motivación de la protección de la salud, lo que ha impulsado el teletrabajo, no se han tenido en cuenta las motivaciones de trabajadoras para su disponibilidad y disposición al mismo. En todo caso, la experiencia puede servir para registrar tal disponibilidad y disposición.
Desde tal perspectiva, hay que señalar que las reflexiones y las políticas de transformación digital ha puesto más el foco en la competencia económica (Gobble, 2018; Nambisan et al., 2019; Meese, 2019) y en los efectos sobre las corporaciones (Lanzolla y Anderson, 2008; Matt et al., 2015), que en sus potencialidades y previsibles consecuencias en la sociedad. Ha estado mirando más lo societario (Berman y Marshall, 2014), vinculado a una clase social que es definida por sus escasos lazos sociales (clase cosmopolita: El-Khoury, 2017), que por los lazos sociales, que lo social
Oportunidad de observación
El confinamiento ha generado situación tan extraordinaria en nuestras sociedades modernas, que puede calificarse de gran experimento, en cuanto experiencia especial. Es una de esas ocasiones en que el río de la vida se desvia por un meandro experimental (Selten, 2003). Esto permite llevar a cabo algo parecido a lo que los expertos denominan un cuasi-experimento “natural” (Pirog, 2008; Leatherdale, 2018). Buena parte de estos cuasi-experimentos “naturales” realizan análisis secundario de datos, principalmente estadísticas oficiales (ejemplos en libro de evaluación de políticas públicas). El problema es que aquí el fenómeno utilizado no se registra en estadísticas oficiales, lo que no quiere decir que se tenga que abordar de cualquier manera. Por lo tanto, estaríamos hablando más bien de experimento “salvaje”.
La práctica del experimento en Sociología está viviendo una renovación durante los úlitmos años; con algún estudio que ha obtenido muy notable eco (Savage et al., 2013). Ha sido la Economía la que, entre las ciencias sociales, ha institucionalizado la práctica del experimento, creando incluso una específica publicación (Experimental Economics). Su auge ha estado muy vinculado a la evaluación de programas para la ayuda al desarrollo (Burgess y Pande, 2005; Nagels, 2015; Borzutzky, 2009; Oberdabernig, 2013; Squire, 1995; Caldés, 2006; entre muchos otros).
Aquí el carácter experimental lo da la situación, como sociedad fuera de situación normal. Ello tiene sus ventajas, como una reactividad menor por parte de las personas participantes en la observación. Sin embargo, el carácter “salvaje” del experimento no ha de justificar el uso de procedimientos de observación empírica asimismo “salvajes”, como hemos podido experimentar estos días, en los que nos ha granizado un sinfín de encuestas (Callejo, 2020), ya no solo sin la menor representatividad de la población, sino sin ningún tipo de control sobre los participantes.
La oportunidad de la observación no puede convertirse en oportunismo observacional. Constantando el carácter extraordinario de la experiencia, que aquí involucra al teletrabajo, ha de procurarse su observación mediante métodos contrastados de observación, siguiendo los procedimientos destinados a procurar validez (representatividad/generalización) de los resultados obtenidos.
Objeto de investigación
La distribución de tareas viene siendo, a la vez, un campo de intenso conflicto (Amorós et al., 2018; Carrasco, 2019; Cosp y Román, 2014; Hurtado et al., 2015) y negociación (Calvo y López, 2010; Callejo, 1995): negociación en el conflicto (Rodríguez Menéndez et al., 2010) y conflicto en la negociación (Torns, 2001a; 2001b; 2004; 2011; Torns y Moreno, 2008). Conflicto y negociación que se ha ido haciendo público, en cuanto sale del reducido entorno del hogar –entendido como privado- al espacio de las relaciones laborales (Borrás et al., 2007; Martín y Carrasquer, 2005) y las políticas públicas (Méda, 2002; Carrasco et al., 2003) . Negociación y conflicto que, en este proyecto, se sitúan en un contexto de teletrabajo. La ubicación de la mujer en el trabajo, ha exigido rupturas conceptuales notables (Borderías et al., 1994), apuntando a una modificación de lo que se entiende por trabajo (Callejo et al., 2008). La ubicación de las relaciones de género y, en especial, de la mujer en el teletrabajo, en plena irrupción de este, ofrece la oportunidad de concretar una concepción de este más justa, de la que aún dista mucho el trabajo-en-el-centro-laboral (Prieto et al., 2008; Carrasquer y Torns, 2009), haciendo que, de manera subordinada, se resimbolice la propia dedicación exclusiva a las tareas de cuidados y domésticas (Callejo, 2006).
Buena parte de las mujeres, de forma diferencial a los hombres según los distintos estudios (Callejo, 2007), hacían una especie de telehomework latente, cuando no, clandestino. Gestionan el hogar y sus problemas, incluso estando desarrollando su ocupación profesional en el centro de trabajo (Carrasquer y Torns, 2009; García Román, 2020). Puede decirse que se llevan lo de “dentro” al “exterior” del centro de trabajo. En el caso de los varones, tendía a producirse un comportamiento que parece ir en el sentido inverso: estar el mayor tiempo posible fuera –siendo la justificación de la ocupación laboral la más legitimada- para desocuparse de las tareas domésticas y de cuidados, de las ocupaciones de “dentro”.
Las desiguales relaciones de género tienden así a reproducirse bajo esta estructura, especialmente constituyendo una mochila para la trayectoria profesional de las mujeres. Tuvimos oportunidad de comprobar esto en una profesión como la periodística (Callejo, 2000) o la de docentes (Gómez et al., 2004), donde la limitación de las mujeres a una extensa disponibilidad fuera –en en centro de trabajo- por “sus obligaciones” dentro, en el hogar, las excluía de la carrera por los puestos mejor considerados y remunerados.
Buena parte de las relaciones de género se establecen sobre esta estructura dentro/fuera. El dentro era ópaco (lazos, vínculos y subjetivo) y subordinado (patriarcado). Solo de forma relativamente reciente, los distintos estudios han puesto de manifiesto la desigual e injusta distribución de tareas domésticas y de cuidados. Una opacidad de lo que ocurre dentro –a la que han estado vinculados otros fenómenos, como la propia violencia de género- frente al fuera, relativamente transparente (contratos) entre supuestos sujetos autónomos y bajo normas.
El teletrabajo (al venir de fuera) es una oportunidad para transparentar la opacidad de lo de dentro, ya que: a) interpela a la propia estructura dentro/fuera; b) interpela al conflicto entre géneros, que está detrás de la estructura dentro/fuera.
Antecedentes
Entre los estudios sobre el teletrabajo, se ha tendido ha dar preferencia a las resistencias de las organizaciones para llevarlo a cabo y, en consecuencia, desplegar formas de control del mismo (Groen et al., 2018), que en prever las consecuencias sobre las relaciones sociales, tanto en la organización, como en el espacio doméstico. Cuando esto se ha hecho, se han puesto de manifiesto sus ambivalentes implicaciones (Hilbrecht et al., 2008).
Las investigaciones empíricas desde la perspectiva de género que han abordado el teletrabajo, han señalado los conflictos que se generan, tanto si son las mujeres las que teletrabajan (Sullivan y Lewis, 2001; Mirchandani, 1999), como si son los hombres quienes lo hacen (Marsh y Musson, 2008). Ponen de relieve que el trabajo tiende a reificar la división de tareas previa. Si son las mujeres las que teletrabajan, queda reproducida ampliadamente la estructura dentro/fuera. De hecho, si hay redistribución de tareas, son las exteriores (compras para el hogar, gestiones administrativas), las que pasa a acoger el hombre. En todo caso, hay una motivación para fijar las fronteras entre los distintos tipos de trabajo (productivo/reproductivo), por un lado, y lo que es no-trabajo, tiempo de ocio, familiar o personal (Mirchandani, 1998; 1999).
El antecedente más próximo a este proyecto es el estudio de Johnson et al. (2007). Especialmente porque, entre sus conclusiones, se destaca algo de lo que aquí se parte, como es el hecho de que el teletrabajo hace emerger los trabajos domésticos y de cuidados de las mujeres.
Objetivos
Dadas las limitaciones de espacio, nos ceñimos a la presentación de las preguntas a las que se compromete responder el proyecto de investigación:
- ¿Principales motivaciones de las mujeres para extender u oponerse al teletrabajo?
- ¿Cuáles son las prácticas ideales para la concreción del teletrabajo, teniendo en cuenta la diversidad de situaciones de las mujeres en sus hogares?
- ¿Se ha renegociado la distribución de tareas en el espacio doméstico durante el confinamiento covid-19?
- ¿Cuáles han sido los criterios para la negociación durante el confinamiento covid-19?
- ¿Cuáles han sido los resultados de esa negociación?
- ¿Cómo se establecían las nuevas rutinas con el teletrabajo durante el confinamiento covid-19?
- ¿Cómo se han esablecido las rupturas entre teletrabajo (para fuera, productivo) y trabajo reproductivo?
- ¿Qué conflictos se han generado a lo largo del proceso de confinamiento?
- ¿Ha habido mirada retrospectiva a cómo se distribuían las tareas, durante el confinamiento?
- ¿Ha habido negociación prospectiva de cómo se iban a distribuir las tareas, tras el confinamiento?
- ¿Qué ha quedado de las rupturas realizadas durante el confinamiento de las rutinas anteriores, tras el final del confinamiento?
- ¿Qué ha quedado de las rutinas instauradas durante el confinamiento, tras el final del mismo?
Metodología de investigación
Dada la extensión de la doble experiencia confinamiento-teletrabajo y la diversidad de situaciones que han podido darse, parece pertinente fijar, con una muestra estadísticamente representativa de la población española mayor de 18 años, la distribución que ha tenido el fenómeno del teletrabajo y de las consecuencias que para las mujeres y la repartición de tareas domésticas y de cuidados ha tenido la experiencial.
Para ello, planteamos la realización de una encuesta con cuestionario estandarizado, aplicado telefónicamente, con las siguientes características:
POBLACIÓN: Mujeres residentes en territorio nacional, mayores de 18 años viviendo en hogares en las que ellas o sus parejas hayan teletrabajado durante el confinamiento del covid-19. Estas condiciones de la población, exigen que el trabajo de campo se lleve a cabo lo más cercanamente posible a la experiencia del confinamiento en general y de la recomendación de teletrabajo en especial, para evitar sesgos de memoria.
ENCUESTA: Telefónica, con aplicación de cuestionario estandarizado, utilizando sistema CATI, con llamadas tanto a teléfonos fijos, como a teléfonos móviles.
MUESTRA: 2.000 mujeres mayores residentes en territorio nacional, mayores de 18 años, viviendo en hogares en las que ellas o sus parejas hayan teletrabajado durante el confinamiento del covid-19. Desde tales condiciones, la única cuota que se establece es de carácter territorial, tomando como referencia la comunidad autónoma.
ERROR MUESTRAL: Tomando como referencia el muestreo aleatorio simple, el error muestral es del 2,2%, para un nivel de confianza del 95%, y asumiendo la máxima heterogeneidad p=q=0,5.
CUESTIONARIO: Cuestionario con una duración media aproximada de unos 25 minutos, constando de una estructura con las siguientes secciones: a) parte filtro, constatando que la presunta participante forma parte del perfil de la población buscada; pero, a la vez, para cada hogar contactado telefónicamente recogiendo información relativa a ocupación miembros del hogar y si se ha teletrabajado (el mes antes y/o durante del covid-19); b) preguntas sobre hechos durante teletrabajo en situación covid-19: tiempo dedicado a los tipos de trabajo (doméstico, cuidados, laboral) por los miembros de la pareja durante confinamiento, distribución de tareas entre los miembros del hogar; c) preguntas sobre negociaciones y tensiones producidas en el hogar, derivadas de la distribución de tareas domésticas y de cuidados; d) valoración de la experiencia del teletrabajo; e) preguntas sobre hechos en situación postcovid-19: grado de mantenimiento del teletrabajo, distribución de tareas domesticas y de cuidados; f) valoración general de la experiencia del teletrabajo; g) demandas a la concreción del teletrabajo; g) variables sociodemográficas (edad, años como activa; años conviviendo con la misma pareja, etc.); h) disponibilidad a seguir participando en el estudio mediante entrevistas cualitativas en profundidad.
Desde un diseño de articulación suplementaria de prácticas de investigación cuantitativa y cualitativa, se plantea la realización de 10 entrevistas cualitativas en profundidad entre diferentes perfiles de mujeres, resultantes de la tipología que derive del análisis de los resultados de la encuesta con cuestionario estandarizado. En estas entrevistas se plantea:
- Identificadas distintas experiencias a través de la encuesta, sean las propias mujeres que han participado en la encuesta, mediante una selección de las mismas, las que participen en esta fase cualitativa de la investigación.
- El objetivo de esta fase cualitativa es profundizar en el sentido que ha adquirido el teletrabajo entre estas mujeres, a partir de la experiencia covid-19, así como sus representaciones generales sobre el mismo.
- Profundizar en las demandas de concreción que ha de tener el teletrabajo, para ajustarse a la demandas de las mujeres.
Impacto
Las posibilidades del teletrabajo como dispositivo transformador de las relaciones de género, hipótesis central de la investigación, debería concretar:
- Apoyo/Obstaculización a las políticas empresariales de teletrabajo, en función de sus concreciones, desde una perspectiva de género y el objetivo de una distribución más justa y transparente de las tareas.
- Apoyo/obstaculización de políticas públicas que favorezcan el teletrabajo. En caso de apoyo, bajo qué condiciones han de apoyarse las mismas
- En definitiva, no se trata de implantar o dejar de implantar el teletrabajo de cualquier manera, sin atender e implicar a las condiciones materiales de relación entre géneros y distribución de tareas en el espacio doméstico. Desde esta perspectiva, es donde el solo cuestionamiento del teletrabajo, puede hacer más transparente las relaciones entre los géneros en el espacio doméstico
- Apoyar con evidencias politicas de transformación digital destinadas al beneficio colectivo, lo que incluye, claro está empresas, organizaciones y trabajadores; pero, también, el conjunto de la sociedad.
- La transformacion digital, como previamente la transformación industrial, requirió un nuevo tipo de sujeto. La producción y formación del mismo fue un proceso larvado durante muchos años (Weber, 2012) y con consecuencias ambivalentes, teniendo en cuenta las encrucijadas en las que se encuentran nuestras sociedades. La transformación digital llega con un ritmo más acelerado (Microsoft, en https://www.ft.com/content/ac054397-eb9a-4198-a050-18961f39feb9). En buena parte, las consecuencias que tenga dependerá de los sujetos (políticos) que la desarrollen y, a la vez, de los sujetos que se conformen con la misma. Una conformación de sujetos en la que el espacio doméstico recobra una especial relevancia, allí donde cobran especial virulencia los conflictos de género y donde se conforman básicamente los sujetos.
- Se trata de conducir la transformación digital en el contexto social que se desea construir, y no subordinar las relaciones sociales y el modelo político a la transformación digital.
- La fábrica entra en el hogar; pero es necesario que el hogar entre en la fábrica.
Terminamos así con una frase de Karl Polanyi, de su obra La Gran Transformación: “La creencia en el progreso espontáneo nos hace necesariamente incapaces de percibir el papel del gobierno en la vida economica, que consiste frecuenntemente en modificar la velocidad del cambio, acelerándolo o frenándolo, según os casos. Si consideramos que ese ritmo es inalterable –o, aún peor, si pensamos que constitutye un sacrilegio modificarlo- entonces ya no hay lugar para ningún tipo de intervención” (Polanyi, 1989:55).
Referencias
Amorós, M. D., Muñiz, L., y Donoso, G. R. (2018). El trabajo doméstico y de cuidados en las parejas de doble ingreso. Análisis comparativo entre España, Argentina y Chile. Papers. Revista de Sociologia, 104 (2), 337-374.
Berman, S., y Marschall, A. (2014). The next digital transformation: rom an individual-centered to an everyone-to-everyone economy. Strategy & Leadership 42 (5), pp. 9-17 (DOI: 10.1108/SL-07-2014-0048).
Burgess, R., y Pande, R. (2005). Do Rural Banks Matter? Evidence from the Indican Social Banking Experiment. American Economic Review, 95 (3), pp.780-795.
Borderías, C., Carrasco, C., y Alemany, C. (1994). Las mujeres y el trabajo. Rupturas conceptuales. Barcelona: Icaria.
Borzutzky, S. (2009). Anti-Poverty Politics in Chile: A Preliminary Assessment of the Chile Solidario Program. Poverty & Public Policy 1 (1), pp. 1-16.
Borrás, V., Torns, T. y Moreno, S. (2007). Las políticas de conciciliación: políticas laborales versus políticas de tiempo. Papers, nº 83, pp. 83-96
Caldés, N., Coady, D., y Maluccio, J.A. (2006). The cost of poverty alleviation transfer programs: A comparative analysis of three programas in Latin America. World Development 34 (5), pp. 818-837.
Callejo, J. (1995). La negociación doméstica, A distancia, pp. 60-64.
Callejo, J. (2000). Medios, género y poder. En M. García de Cortázar y M.A. García de León (coords.), Profesionales del periodismo, Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, pp. 1-30.
Callejo, J. (2006). ¿Quiero ser ama de casa?. En E. Casado y C. Gómez (coords.), Los desafíos de la conciliación de la vida familiar y profesional en el siglo XXI, Madrid: Fundamentos-Fundación Ortega y Gasset, pp. 205-223.
Callejo, J. (2007). Temporalidades y tiempo de trabajo: vivencias de trabajadores y trabajadoras. En VV.AA. Trabajo, género y tiempo social, Madrid: Hacer-Complutense, pp. 142-172.
Callejo, J., Prieto, C., y Ramos, R. (2008). Cambios generales en el tiempo del trabajo profesional y de cuidados. En C. Prieto, R. Ramos y J. Callejo (coord.), Nuevos tiempos del trabajo. Entre la flexibilidad competitiva de las empresas y las relaciones de género, Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, pp. 5-48.
Callejo, J. (2020). Fake surveys o la pandemia de las encuestas online. Post2020 (https://post2020.world/s/AorCyaDzvhrtomLsZnXsa9Uuo5K6nwKRg5SZPrZYxMcH)
Candelo, N, Croson, R.TA., Li, S.X. (2017). Identity and social exclusion: an experiment with Hispanic immigrants in the U.S.. Experimental Economics 20 (2), pp. 460-480.
Calvo, J. V. P., & López, S. T. (2010). Corresponsabilidad familiar: negociación e intercambio en la división del trabajo doméstico. Papers: Revista de sociología, 95(1), 95-117.
Carrasco, C. (2019). El trabajo de cuidados: historia, teoría y políticas. Los libros de la Catarata.
Carrasco, C., Alabart, A., Coco, A., Domínguez, M., Martínez, À., Mayordomo, M., y Serrano, M. (2003). Tiempos, trabajos y flexibilidad: una cuestión de género. Madrid: Instituto de la Mujer.
Carrasquer, P., y Torns, T. (2009). La Doble presencia el trabajo y el empleo femenino en las sociedades contemporáneas. Universitat Autònoma de Barcelona.
Cosp, M. A., y Román, J. G. (2014). Cambios en el uso del tiempo de las parejas¿ Estamos en el camino hacia una mayor igualdad?. Revista Internacional de Sociología, 72(2), 453-476.
El-Khoury, D. (2017). Digital transformation and the world-class HR difference. Strategic HR Review.
García Román, Joan (2020). La división de los roles de género en las parejas en las que solo trabaja la mujer en Estados Unidos y España. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 170: 73-94. http://dx.doi.org/10.5477/cis/reis.170.73
Gobble, M.M. (2018). Digital Strategy and Digital Transformation. Research-Technology Management.
Gómez Esteban, C., Callejo, J., y Casado, E. (2004). Mujeres en cargos de representación del sistema educativo: cualitativo. En VV.AA., Mujeres en cargos de representación del sistema educativo, Madrid: Insitutito de la Mujer.
González, M. J., y Guerrero, T. J. (2009). ¿ Cuándo se implican los hombres en las tareas domésticas?: Un análisis de la Encuesta de Empleo del Tiempo. Panorama social, (10), pp. 65-81.
Hilbrecht, M., Shaw, S.M., Johnson, L.C., y Andrey, J. (2008). ‘I’m Home fot the Kids’: Contradictory Implications for Work-Life Balance of Teleworking Mothers. Gender, Work & Organization, 5 (septiembre), pp. 254-277.
Hurtado, I., Saneleuterio, E., López-García-Torres, R., Besalduch, E. J., García-Alcober, M., & Stoffels, R. A. (2015). La agenda oculta del trabajo invisible: aproximación teórica y categorización. Cuestiones de género: de la igualdad y la diferencia, (10), 105-128.
Johnson, L.C., Andrey, J., y Shaw, S.M. (2007). Mr. Dithers Comes to Dinner: Telework and the merging of women’s work and home domains in Canada. Gender, Place & Culture 14 (2), pp. 141-161.
Lanzolla, G., y Anderson, J. (2008). Digital transformation. Business Strategy Reiew.
Leatherdale, S.T. (2018). Natural experiment methodology for research: a review of how different methods can support real-world research. International Journal of Social Research Methodology 22 (1), pp. 19-35.
Martín, A., & Carrasquer, P. (2005). La política de conciliación de la vida laboral y familiar en la negociación colectiva. Un aspecto de la estrategia europea de empleo. Cuadernos de relaciones laborales, 23(1), pp. 131-150.
Marsh, K., y Musson, G. (2008), Men at Work and at Home: Managing Emotion in Telework. Gender, Work & Organization 15 (1), pp. 31-48.
Matt, Ch., Hess, T., y Benlian, A. (2015). Digital Transformation Strategies. Business & Information Systems Engineering.
Méda, D. (2002). El tiempo de las mujeres: conciliación entre vida familiar y profesional de hombres y mujeres (Vol. 30). Narcea Ediciones.
Meese, J. (2019). Book Review: Networking China: The Digital Transformation of the Chinese Economy. Media International Australia.
Mirchandani, K. (1998). Protecting the Boundary: Teleworker Insights on the Expansive Concepto of ‘Work’, Gender & Society 12, pp. 168-188.
Mirchandani, K. (1999). Legitimizing Work: Telework and the Gendered Reification of the Work-Nonwork Dichotomy. Canadian Review of Sociology/Revue canadienne de sociologie, 36 (1), pp. 87-107 (https://doi.org/10.1111/j.1755-618X.1999.tb01271.x).
Nagels, N. (2015). Programas de Transferencia Condicionada y Representaciones de la Pobreza en Bolivia y Perú, Política y Sociedad 52 (3).
Nambisan, S., Wright, M., y Feldman, M. (2019). The digital transformation of innovation and entrepreneurship: Progress, challenges and key themes. Research Policy.
Oberdaberning, D.A. (2013). Revisiting the Effects of IMF Programs on Poverty and Inequality. World Development, 46.
Pirog, M.A. (2008). The State of Social Experimentation and Program Evaluation. En Maureen A. Pirog (ed.), Social Experimentation, Program Evaluation and Publiq Policiy, Londres: Blackwell.
Polanyi, K. (1989). La Gran Transformación. Madrid: La Piqueta.
Prieto, C., Ramos, R., y Callejo, J. (2008). De los cambios en el tiempo de trabajo a su percepción societal y su segmentación social. En C. Prieto, R. Ramos y J. Callejo (coord.), Nuevos tiempos del trabajo. Entre la flexibilidad competitiva de las empresas y las relaciones de género, Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, pp. XV-XLVI.
Rodríguez Menéndez, M. C, Peña Calvo, J. V., y Torío López, S. (2010). Corresponsabilidad Familiar : Negociación E Intercambio En La División Del Trabajo Doméstico. Papers 95(1): pp. 95-117
Savage, M., Devine, F., Cunningham, N., Taylor, M., Li, Y., Hjellbrekke, J., Le Roux, B., y Friedman, S.M. (2013). A New Model of Social Class? Findings from the BBC’s Great British Class Survey Experiment. Sociology 42 (6), pp. 1049-1071.
Selten, R. (2003). Emergence and future of experimental economics. En M.C. Galavotti (ed.), Observation and Experiment in the Natural and the Social Sciences, Dordrecht: Kluwer, pp. 63-70.
Squire, L. (1995). Evaluating the effectiveness of poverty alleviation programs. New Directions for Evaluation 67, pp. 27-37.
Torns, T. (2001a). El tiempo de trabajo de las mujeres: entre la invisibilidad y la necesidad. En Carrasco, C. (ed.). Tiempos, trabajos y género, n. 10. Barcelona: Publicacions de la Universitat de Barcelona.
Torns, T. (2001b). «Para qué un banco de tiempo?». Mientras Tanto, n.º 82.
Torns, T. (2004). Las políticas de tiempo: un reto para las políticas del estado del bienestar. T. Torns y F. Miguélez (coords.) (2000). Temps i ciutat. Barcelona: Consell Econòmic i Social de Barcelona. Trabajo, n.º 13, pp. 145-164
Torns, T. (2011). Conciliación de la vida laboral y familiar o corresponsabilidad:¿el mismo discurso?. RIDEG: revista interdisciplinar de estudios de género, (1), 0005-13.
Torns, T., y Moreno, S. (2008). La conciliación de las jóvenes trabajadoras: Nuevos discursos, viejos problemas. Revista de estudios de juventud, (83), pp. 101-117.
Weber, M. (2012). La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Madrid: Alianza.