La noción de razón alude a la facultad que le permite al ser humano producir y cuestionar conceptos, buscando contradicciones o similitudes y generando otras ideas derivadas de ellos. Lo dotado de razón, que por lo tanto tiene coherencia o lógica, se conoce como racional: aquello que carece de razón, en cambio, es irracional.
El marketing irracional, mercadeo basado en comportamientos y decisiones tomadas desde lo emocional; desde el modus operandi del ser humano, porque está demostrado que nuestro corazón está por encima de cualquier cosa.
Nuestro principal objetivo es conectar con las audiencias a través de experiencias, porque gracias a ellas podemos recordar los mejores momentos de la vida, podemos fidelizar, acercar y lograr lo que nuestras marcas esperan.
Algunos autores consideran el marketing irracional como una subcategoría del marketing emocional.
Desde mí perspectiva el marketing irracional se basa en la copia de metodologías o formas de lo diferente, para que luego esto sea consumido mayoritariamente por lo igualitario.
Es decir la moda siempre se ha alimentado de la desviación típica.
En términos estadísticos se entiende como moda al valor que tiene mayor frecuencia absoluta y como desviación típica a su distribución respecto a la media aritmética. Es decir, nos muestra una visión más acorde con la realidad en el momento de tomar las decisiones.
Considero que esta afirmación es clave para entender el marketing contemporáneo y algo que aún no se a atrevido nadie a afirmar, ya que es clave para entender el funcionamiento del mercado y deja ver la deuda que tiene el globalismo con la diferencia.
Entiendo pues que el marketing irracional que hasta ahora se entendía como emocional y que surgía por una apetencia generalista (casi mística y divina) es más una visión de aquellos que no se dejan arrastrar por las tendencias del momento.
Un indicador de este aspecto puede ser considerado, esa postura romántica que algunos transgresores mantienen con un determinado momento, prueba de ello es la tendencia cíclica de la moda que rescata los tiempos nuevamente y lo que en un determinado espacio puede considerarse distinto,(romanticismo igualitario) acaba siendo de nuevo asimilado por la mayoría.
Algunos autores atribuyen paradas en el desarrollo cultural desde lo colectivo como en lo individual:
"La depresión se puede entender cómo un desarrollo patógeno de la ontología moderna del si mismo, la depresión es la fatiga de ser sí mismo" y lo basan en la idea neoliberal de estar en constante producción".
Si ciencias cómo el Marketing se atreven a flirtear con aspectos irracionales tendrán que afrontar y responder preguntas del conceptualismo filosófico contemporáneo.
El Marketing tiene una deuda dialéctica con lo individual.
La política temporal neoliberal elimina también el tiempo de la fiesta, el sublime tiempo nupcial, que no se valide a la lógica de la producción generalista. Conduce a la eliminación de la producción. A diferencia del tiempo del yo grupal, que nos aísla y nos individualiza, pese a que estemos consumiendo o produciendo en colectivo, el tiempo del otro (aunque diferente) crea comunidad. Por eso es tiempo bueno.