"Toda nación, dice Ortega, es la expresión de un gran proceso de incorporación. Según Mommsen, en eso consiste la historia de Roma y, a juicio de Ortega, también la de Castilla. Sin embargo, la historia de una nación no es tan solo la de su período ascendente o de totalización, el tiempo de las incorporaciones; debe comprender también la historia de su decadencia o de su dispersión, el tiempo de la desintegración".
Nuestro estado es un amasijo de pueblos invadidos que han sabido invadir pero siempre como mercenarios. Nuestra guerra civil más reciente atrajo a periodistas de todo el mundo por considerarla la última guerra romántica, ya iba con retraso ya que el romanticismo terminó 100 años atrás. Siguiendo con ese paralelismo nos encontraríamos ahora en la edad de plata, pero no cultural si no del narco y la corrupción.
LLevar 40 años de mi vida preparándome para cumplir mis sueños no me deprime, me decepciona profundamente, me produce vergüenza ver como la sociedad contemporánea prefiera la plata a saber la verdad.
Moriré soñando pero con la seguridad de ser fiel a lo que siempre he querido, ser único.
Solo estos tres párrafos supondría que cualquier periodista de la prensa de nuestro país pudiese quedar sin financiación, de hecho yo sin ser periodista, pero estudiando comunicación social, ya percibo en las instituciones el rechazo hacia el pensamiento libre. No quieren periodistas o comunicólogos quieren buenos redactores y bien mandados.
Este país ha conseguido gracias a su invertebración en la social que los grupos de más de 3 personas generen información falseada, basada en la hipocresía y el postureo.
No, no me resigno a asumir que vivimos en un país que como sociedad no sabe lo que tiene que hacer y necesita referencia vertebral que nos diga lo que tenemos que hacer, y si algo falla la responsabilidad es nuestra. Es siniestro.
Y mientras tanto todos esperando el pago del ERTE o de la nómina sin salir de casa, soñando las vacaciones aunque sean en Otoño. Sin replantearse nada. Aplaudiendo a los sanitarios a las ocho con religiosidad marcial y fingiendo un buen rollismo vecinal que cuando las autoridades nos digan que nos lavemos las manos a esa hora, en lugar de aplaudir, se disipará como se han disipado en estos meses las decenas de miles de coca-colas de 2 litros que habrá en las barras de los bares que permanecen cerrados en España.
Imaginense (solo es una suposición) que un tiempo se descubre que el virus no era tal virulento y detrás de él había una organización mundial que planificaba para desarrollar un plan. Se descubren que los test y los partes de defunción eran falsos, que hubo miles de negligencias médicas, eugenesia, asesinatos y mentiras. ¿Cómo van a responder aquellos que hasta ahora siguen a rajatabla el discurso oficial e incluso increpan y responsabilizan a sus iguales?
Todo se llena de fake news, pero la información oficial cambia de criterio en segundos. Un cambio de criterio no es un fake es una delegación en el pensamiento dominante de una acción y eso señorías es un peligro para las democracias y las minorías.
Cuando una población generaliza en un colectivo con pensamiento dominante y este empieza a asumir inconscientemente un error, siempre busca un chivo expiatorio en el que delegar su culpa, (afortunadamente no en todas las culturas sociales, pero si en en las culturas monoteístas como casi todo Occidente) y siempre suele ser el más fácil de culpabilizar, el más débil. Ahí está el peligro. El fascismo no es exclusivamente una ideología política es un estado que se contagia como un virus.
El fascismo no lo proyecta exclusivamente un líder o un partido, el fascismo está potenciado por el inconsciente de la masa que apoya y señala al diferente o al que culpa de sus desgracias sociales. Simplemente con esta afirmación ya podemos ser conscientes de la importancia del pensamiento libre y personal, de la reflexión y del cuestionarse las cosas.
Otro aspecto del que vengo hablando con asiduidad es sobre los criterios, vislumbrando un crisis profunda de estos, un criterio es una norma que regula un hecho, una decisión, un sesgo que agrupa una decisión. Definir un criterio es algo tremendamente complicado ya que tiene que tener en cuenta todas las posibles variables predictivas y que cualquier asunto germinado por esas variables esté contemplado por él. Cuando se comente errores en los criterios y se modifican continuamente se produce una invalidez del marcador de los mismos ya que se da por hecho que todos los criterios pueden ser revisables. De hecho los criterios de por si, no tienen por que ser estaticos, pero muchas de las injusticias sociales nacen de esta carencia. Las sociedades se vuelven más injustas ante la crisis de criterios.
No caigamos una vez más en los errores de la historia, todos, todos tenemos una probabilidad mucho más alta de caer en el fascismo que de contraer el COVID. Por favor, reflexiona, contrasta, infórmate y piensa por ti mismo. Las crisis de criterios se solucionan teniendo tu propio criterio.