Las semillas de lino provienen de la planta de lino. Los tallos de esta planta se utilizan para extraer la fibra de lino que luego se utilizara para la ropa. Su semilla tiene un alto valor nutritivo y nos aporta numerosos beneficios. Es un alimento que debemos incluir en nuestra dieta ya que es muy rico en Omega 3, fibra y proteínas.
En general, las semillas de cualquier planta, son muy ricas en nutrientes. Por ello es muy interesante que las incluyamos en nuestra dieta. No obstante, las semillas de lino son aún más beneficiosas que las demás. Podríamos decir que son únicas en varios sentidos.
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Qué es el lino
La planta del lino (Linum usitatissimum) contiene unas semillas que se denominan también linaza. Además de las semillas, su aceite es muy interesante. De esta planta se obtienen las fibras que sirven para hacer telas con las que más tarde se confecciona la ropa. También se utiliza en la fabricación de velas de barcos, cuerdas y chalecos antibalas.
Existen dos tipos de lino, el lino marrón y el lino dorado. Los dos tipos tienen una composición nutricional muy parecida. No obstante, una cepa de lino amarillo se utilizó para procesarlo y ser vendido como aceite de cocina. Sin embargo, existe una gran diferencia en cuanto a nutrientes con los aceites de las otras semillas de lino: solamente contiene una décima parte del ácido alfa-linoléico.
Los distintos tipos de lino
Las semillas crudas de lino tienen diferentes colores desde el oro hasta el marrón rojizo pasando por el amarillo y el ámbar. Aquellas semillas que están blancas o verdes se han recogido antes de que maduren. Y las que tienen color negro quiere decir que se han cosechado mucho después de su madurez. Nunca deberíamos tomar estas últimas crudas.
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Características de las semillas de lino
Estas semillas tienen un alto contenido el ácidos grasos Omega 3. Se consideran como superalimentos, entre otras cosas, por su gran riqueza en grasas saludables. Contienen un ácido graso llamado ácido alfa-linoléico muy importante para el funcionamiento de las membranas celulares.
Otra característica de estas semillas es que contienen lignanos. Los lignanos son antioxidantes y, junto con las isoflavonas, unos compuestos naturales que al ingerirlos con la alimentación se comportan como estrógenos. No hay alimento, consumido por los seres humanos, que tenga más cantidad de lignanos que las semillas de lino.
Las semillas de lino también son muy ricas en mucílagos. Los mucílagos son un tipo de fibra soluble en agua que se convierte en un tipo de gelatina. Esta fibra es muy interesante para combatir el estreñimiento.
Además de los ácidos grasos, los lignanos y la fibra, estas semillas contienen dosis interesantes de proteína, vitamina B1 y B6, manganeso, magnesio, fósforo, selenio, hierro, potasio, cobre y zinc. Todas estas características hacen de las semillas de lino un alimento altamente beneficioso.
Beneficios del consumo de semillas de lino
Mucha fibra y pocas calorías
Como ya hemos dicho, las semillas de lino contienen una gran cantidad de mucílagos. Esta fibra soluble en agua es una de las maneras naturales de evitar el estreñimiento. Además de esta fibra soluble, también contiene fibra insoluble que es beneficiosa para la pérdida de grasa y para la reducción del azúcar en sangre.
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Reduce el colesterol
Con dos cucharadas soperas de semillas de lino al día podemos reducir, de manera natural, los niveles de colesterol. Su contenido en fibra impide que la grasa y el colesterol se absorban en gran medida.
Mejoran el pelo y la piel
El pelo, la piel y las uñas estarán más sanos si cada día tomas estas semillas. Las grasas saludables de estas semillas mejoran cualquier problema de la piel. Así mismo, las vitaminas del grupo B ayudan a evitar la sequedad y descamación de la piel. Eso si, es muy importante que las tomes con una buena cantidad de agua.
Tienen poder antioxidante
Como hemos dicho antes, las semillas de lino tienen alto poder antioxidante. Los lignanos se encargan de proporcionar estos efectos antioxidantes que contribuyen a la buena salud de nuestras células, al equilibrio hormonal y a que el envejecimiento de nuestro cuerpo sea más lento. También apoyan el crecimiento de probióticos en nuestro intestino, con todos los beneficios que esto conlleva.
Ayudan a perder peso
La sensación de saciedad que proporciona el consumo de semillas de lino, evitará que comamos más de la cuenta. Además de esto, las semillas son muy ricas en nutrientes y evitan que el cuerpo demande continuamente alimentos para sentirse nutrido.
Mejoran la salud digestiva
Este es uno de sus mayores beneficios. El ácido alfa-linolénico que contienen las semillas sirve como protector del tracto digestivo manteniendo, de esta manera, la salud del nuestro cuerpo.
También estas semillas se consideran beneficiosas para las personas que padecen la enfermedad de Crohn y otras enfermedades digestivas. Estos beneficios tienen que ver con sus propiedades antiinflamatorias. La fibra que contienen las semillas es muy conveniente para apoyar el crecimiento de una microbiota sana.
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Ayudan a la prevención del cáncer
Al tener propiedades antioxidantes y anti-inflamatorias están muy indicadas para prevenir el cáncer. Diferentes estudios ha demostrado que al consumir semillas de lino disminuye el riesgo de padecer cáncer de mama, cáncer endometrial y cáncer de ovario.
Minimizan los efectos negativos de la menopausia
Los lignanos del lino tienen claros beneficios sobre los síntomas asociados a la menopausia. Se pueden utilizar como una alternativa natural a la terapia de reemplazo hormonal. Además de esto, parece que estas sustancias también reducen el riesgo de osteoporosis y ayudan a que los ciclos menstruales sean regulares.
Cómo tomar las semillas de lino
Si tienes problemas de estreñimiento lo mejor es que tomes las semillas sin triturar. De esta manera, la fibra que contienen hará «su trabajo» mejorando tu tránsito intestinal. Se pueden tomar hasta tres o cuatro cucharadas soperas a lo largo del día, siempre acompañadas de un gran vaso de agua.
Para las personas que no tengan problemas de estreñimiento lo ideal es tomarlas molidas o utilizar su aceite. Puedes molerlas y tenerlas en bote de cristal para añadirlas a sopas, cremas de verduras o cremas de cereales. También se pueden utilizar en ensaladas, o en repostería.
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